Perro corriendo en un parque.

Mitos comunes sobre la adopción de mascotas

Educación

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Ooh Cachorros

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Introducción: Por qué desmontar mitos salva vidas

En Colombia, miles de animales esperan una segunda oportunidad en refugios, fundaciones y hogares de paso. Sin embargo, muchas de esas oportunidades se ven truncadas por prejuicios profundamente arraigados sobre las mascotas en adopción. Ideas como “los criollos son menos inteligentes” o “los adultos no se adaptan” no solo son falsas, sino que perpetúan el abandono y dificultan la construcción de una cultura de adopción responsable.

Desmontar estos mitos no es solo una cuestión de información: es una herramienta para salvar vidas. Cuando entendemos que la personalidad, el vínculo y la adaptabilidad de una mascota no dependen de su raza ni de su edad, abrimos la puerta a decisiones más conscientes y compasivas. Este artículo busca desmentir los prejuicios más comunes, respaldados por estudios, experiencias reales y el conocimiento de profesionales en comportamiento animal.

Mito 1: “Los criollos son menos inteligentes o difíciles de entrenar”

Este mito ha contribuido a que miles de perros criollos sean ignorados en procesos de adopción. Se les percibe como “menos capaces” frente a los de raza, cuando en realidad destacan por su inteligencia adaptativa, su sensibilidad emocional y su facilidad para aprender.

Inteligencia y diversidad genética

Los perros criollos, al no estar limitados por estándares de raza, poseen una mezcla genética que les otorga mayor resistencia física y una notable capacidad de adaptación. Según la veterinaria Elena Martínez, citada por Patas en Casa, esta diversidad fortalece su sistema inmunológico y favorece su desarrollo cognitivo. Además, un estudio de la Universidad de Buenos Aires encontró que los criollos resuelven problemas y se adaptan a nuevos entornos con rapidez, gracias a su historia evolutiva como perros callejeros o de trabajo.

Entrenabilidad: vínculo y constancia

La entrenabilidad no depende del pedigree, sino del vínculo con el cuidador, el uso de refuerzo positivo y la constancia. En Colombia, muchos criollos aprenden comandos básicos con la misma eficacia que cualquier perro de raza.

Mito 2: “Los animales adultos no se adaptan a nuevos hogares”

Este mito ha limitado las oportunidades de adopción para miles de perros y gatos adultos. Se cree que, por tener una historia previa o estar “formados”, no pueden integrarse a nuevas rutinas o entornos. Sin embargo, la evidencia muestra lo contrario.

Adaptación más rápida y predecible

Los animales adultos suelen tener una personalidad definida, lo que permite evaluar mejor su compatibilidad con el hogar. Además, muchos ya están socializados, entrenados en higiene básica y acostumbrados a convivir con humanos. Esto facilita su integración y reduce sorpresas en el comportamiento.

Según la Fundación Animal Safe Colombia, los adultos tienen una inteligencia equivalente a la de un niño de cuatro años, lo que les permite comprender instrucciones, adaptarse a nuevas rutinas y establecer vínculos sólidos con sus adoptantes.

Menos hiperactividad, más enfoque

A diferencia de los cachorros, los adultos ya han superado la etapa de exploración destructiva. Son más tranquilos, receptivos y enfocados, lo que facilita el entrenamiento y la convivencia. Además, suelen requerir menos supervisión constante, lo que los hace ideales para hogares con rutinas definidas.

Mito 3: “Si está en adopción, es porque tiene problemas de comportamiento”

Este prejuicio perpetúa la idea de que los animales en adopción son “problemáticos” o “defectuosos”. En realidad, la mayoría de los perros y gatos que llegan a refugios lo hacen por razones ajenas a su conducta.

¿Por qué se abandona a un animal?

Según el estudio “Él nunca lo haría” de Fundación Affinity, solo el 10 % de los abandonos se atribuyen a problemas de comportamiento. Las causas más comunes incluyen camadas no deseadas (16 %), pérdida de interés (14 %), cambios de domicilio (12 %) y factores económicos (7 %). Es decir, la gran mayoría de animales en adopción no tienen ningún problema conductual grave.

Además, muchos comportamientos indeseados (como ladridos excesivos o destructividad) pueden ser gestionados con educación, rutina y paciencia. Lo que algunos ven como “problema” suele ser simplemente falta de guía o adaptación.

Evaluación y rehabilitación

Los refugios responsables realizan evaluaciones de comportamiento antes de poner a un animal en adopción. Esto permite identificar sus necesidades, fortalezas y posibles desafíos, y así encontrar el hogar adecuado. En Colombia, múltiples organizaciones trabajan con etólogos y voluntarios para asegurar que cada adopción sea consciente y sostenible.

El vínculo transforma

Muchos animales que han sido etiquetados como “difíciles” muestran una transformación radical al recibir afecto, estructura y estabilidad. El vínculo humano-animal tiene un poder rehabilitador que no se puede subestimar.

Mito 4: “Los cachorros son siempre la mejor opción para familias”

Aunque los cachorros pueden parecer la elección ideal por su ternura y energía, no siempre son la mejor opción para todos los hogares. Este mito ignora las necesidades reales de cada familia y las ventajas que ofrecen los animales adultos.

Cachorros: dulces, pero demandantes

Los cachorros requieren atención constante, entrenamiento intensivo y supervisión diaria. Su etapa de desarrollo incluye mordisqueo, accidentes dentro de casa, y una alta necesidad de estimulación física y mental. Para familias con niños pequeños, horarios exigentes o poca experiencia, esto puede convertirse en una fuente de estrés.

Adoptar un cachorro implica un compromiso de 10 a 15 años, y no siempre se puede prever su temperamento adulto.

Adultos: estabilidad y compatibilidad

Los animales adultos ya tienen una personalidad definida, lo que permite evaluar mejor su compatibilidad con el estilo de vida familiar. Muchos están entrenados, son tranquilos y se adaptan rápidamente a rutinas estables.

¿Qué necesita tu familia?

La mejor opción no depende de la edad del animal, sino de las necesidades y capacidades del hogar. Una familia activa puede disfrutar de un cachorro si tiene tiempo para educarlo. Pero una familia con horarios ajustados, adultos mayores o niños pequeños puede encontrar en un perro adulto un compañero ideal.

Mito 5: “Adoptar es gratis y sin compromiso”

Este mito reduce la adopción a una transacción informal, cuando en realidad es un proceso legal, ético y profundamente responsable. Aunque muchas organizaciones no cobran por el animal en sí, sí existen compromisos económicos, legales y emocionales que deben asumirse con seriedad.

¿Es gratis?

La mayoría de refugios en Colombia y Latinoamérica no venden animales, pero solicitan una donación voluntaria para cubrir gastos veterinarios, alimentación, esterilización y vacunas. Esta contribución no es un “precio”, sino una forma de apoyar el trabajo de protección animal.

Por ejemplo, muchos contratos de adopción incluyen cláusulas como:

  • Donación única por gastos médicos.
  • Compromiso de esterilización en un plazo determinado.
  • Prohibición de reproducción, venta o cesión del animal.
  • Obligación de notificar en caso de pérdida, enfermedad grave o cambio de domicilio.

¿Y el compromiso?

Adoptar implica asumir la tenencia responsable: alimentación, atención veterinaria, tiempo de calidad, ejercicio, socialización y afecto. También significa respetar las cláusulas del contrato de adopción, que pueden incluir seguimiento por parte de la organización.

Adopción consciente

La adopción responsable transforma vidas, pero requiere preparación, reflexión y disposición a cumplir con lo pactado. Adoptar no es “recoger un perro”, es integrar un nuevo miembro a la familia.

Mito 6: “Es mejor comprar para asegurar la raza o el pedigree”

La idea de que un animal con pedigree garantiza calidad, salud o buen comportamiento ha sido reforzada por la industria comercial y ciertos estándares estéticos. Sin embargo, esta creencia ignora realidades genéticas, éticas y sociales que afectan tanto a los animales como a sus adoptantes.

¿Qué implica el pedigree?

El pedigree es un documento que certifica la ascendencia de un animal dentro una raza específica. Aunque puede ser útil en contextos de trabajo (como perros guía o de rescate), en el entorno familiar no garantiza temperamento, salud ni compatibilidad.

De hecho, la selección genética intensiva para mantener “pureza” ha generado problemas hereditarios en muchas razas. Por ejemplo:

  • Pastor alemán: Displasia de cadera.
  • Bulldog inglés: Problemas respiratorios graves.
  • Shar Pei: Enfermedades cutáneas hereditarias.
  • Dálmata: Sordera congénita.

¿Y los criollos?

Los perros criollos o mestizos, al tener una mezcla genética más diversa, suelen ser más resistentes a enfermedades hereditarias. Además, su temperamento se forma más por experiencia y entorno que por genética pura. Son animales únicos, adaptables y profundamente agradecidos con quienes les dan una segunda oportunidad.

Como señala Agrocampo Colombia, los criollos tienen una constitución fuerte, temperamento noble y una capacidad de adaptación excepcional. Su diversidad es su fortaleza.

¿Qué debería guiar la elección?

Más que buscar una raza específica, lo importante es encontrar un animal cuyo temperamento, nivel de energía y necesidades se alineen con tu estilo de vida. La compatibilidad emocional y práctica supera cualquier linaje.

Conclusión: Adoptar con conciencia, no con prejuicios

La adopción responsable no se trata de “rescatar” por impulso ni de llenar expectativas idealizadas. Es un acto de empatía, compromiso y transformación mutua. A lo largo de esta serie, desmontamos seis mitos que distorsionan la percepción sobre los animales en adopción:

  • Los criollos no son menos inteligentes: su diversidad es su fortaleza.
  • Los adultos sí se adaptan: su estabilidad emocional facilita la integración.
  • Estar en adopción no significa tener problemas: muchas veces es consecuencia del abandono humano.
  • Los cachorros no son siempre la mejor opción: requieren tiempo, paciencia y experiencia.
  • Adoptar no es gratis ni sin compromiso: implica responsabilidad legal, emocional y económica.
  • Comprar por raza no garantiza salud ni compatibilidad: la conexión va más allá del pedigree.

Cada animal tiene una historia, una personalidad y un potencial único. Al adoptar con conciencia, no solo eliges un compañero, sino que te conviertes en parte de una red que promueve el bienestar animal, la educación comunitaria y el respeto por la vida.

En Colombia y en toda Latinoamérica, miles de animales esperan no solo un hogar, sino una oportunidad de ser vistos sin prejuicios. Que tu decisión esté guiada por el corazón, pero también por la información.

Referencias:

  1. Perros criollos: Inteligencia, larga vida y otros datos que no sabías sobre ellos - Patas en Casa
  2. Beneficios de adoptar mascotas adultas – PawPalFriendship
  3. Diez ventajas de adoptar mascotas adultas – El Tiempo
  4. Estudio “Él nunca lo haría” – Fundación Affinity
  5. Cómo acabar con el abandono – Las Reinas del Biberón
  6. Mitos sobre adopción – Zaunk

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